lunes, julio 18, 2005

Sentido de la vida




Los ojos me empezaban a picar, estaban ya rojos de forzarlos delante de la pantalla del ordenador. Estaba a un paso de lograrlo, nadie había llegado tan lejos. Había cogido mil y un variables, mil y un funciones para recrear en un programa las leyes de la naturaleza, las emociones, toda la historia, las religiones y todos los puntos de vista éticos (y no tan éticos). Era un programa capaz de desentrañar las verdades del universo. Mas allá aún, el sentido de la vida...
¿Donde estaba el cáliz de Jesús? ¿Su madre era virgen? ¿Cual era la verdad sobre el Corán? ¿Existía algún dios o éramos fruto del azar?
Había pasado años con este proyecto, dejando de lado toda vida social. Mis amigos habían pasado a ser conocidos, caras ya olvidadas con los que ya no sabría ni empezar una conversación. Mis padres habían dejado ya de llamarme, no me entienden. ¿No comprenden que esto va más allá de cualquier cosa? Hay artistas y científicos que habían dado su vida entera por menos. Yo estoy dándola por la comprensión de TODO, por dar las respuestas que la humanidad siempre se ha preguntado. Seré como un dios. Seré aclamado por todo el mundo. Esto será un punto y a parte en la historia. Seré un mito.
¿¡Que mas da mi vida en comparación con todas estas respuestas!?
Bueno, voy a calmarme. Además, alterado no consigo nada. Voy a la cocina y mientras me preparo un bocadillo de manteca de cacahuete suena el teléfono. Un tono, dos tonos... No cojo, se quien es... Todo el mundo ha desistido ya de mi, menos una persona...
*Piiiiiii... -¿Papa? Lo se, no te gusta que te molesten, pero en estos 20 años no te he podido ver. Me han contado lo que haces, y se que te estas sacrificando por el bien de la humanidad. Pero yo te echado mucho de menos y aún recuerdo esos cuentos que me contabas de pequeña, tus consejos, esos momentos en los que me sentabas en tu regazo y me hacías cantar mientras tocabas el piano. Añoro todo eso.... Te añoro padre. Pero no me entiendas mal. Ha pasado mucho tiempo y ya no te necesito como antes. Ya no podrás verme crecer y ver como con tesón consigo hacerme mi propia vida, consigo mi casa, me enamoro...
Ya es tarde para todo eso, aunque no se si te preocupará... Esta es la última vez que te llamo, Estas últimas semanas he intentado contactar contigo por un motivo en especial. Quería decírtelo en persona, pero como veo que es imposible... Allá voy... En marzo me voy a casar... No quiero dinero ni nada de ti, pero tu nieta, a quien llevo en mi interior le haría mucha ilusión cantar con su abuelo esas noches de madrugada, con las velas encima del piano... ¿Estas ahí?...

Había dejado ya el bocadillo impoluto encima de la encimera de la cocina. Había escuchado el discurso mientras caminaba lentamente a la silla del ordenador. Me encontraba ora vez delante de la pantalla. Viendo las últimas líneas de código, mientras escuchaba la respiración entrecortada de mi hija tras el teléfono. Voy a tener una nieta y mi hija se va a casar... Es bonito si, una noticia genial, pero estoy a un paso de conseguir mi sueño. No puedo dejar todo ahora...
¿Estas ahí? Voy a llorar... dime, tu que estas intentando conseguir respuestas... ¿Que es lo mas importante de la vida?*Clic*
Una lágrima recorría mi mejilla mientras mi cabeza reordenaba todo lo que mi hija me había dicho...
Mi mano guiaba el ratón por la alfombrilla, que a su vez movía un puntero por la pantalla del ordenador... A un lado pone "Compilar". Si le doy hará que los secretos de la vida estuvieran un paso mas cerca de ser descubiertos, pero no podría ver crecer a mi nieta, ni abrazar a mi hija como tantas veces he anhelado, tantas veces como he ocultado ese sentimiento... ¿Ha quien le importa el sentido de la vida si no puedes vivirla? La mano guió ese puntero hacia el icono de borrar. La pantalla se quedo en negro, pero mi alma se fundió con mil y un sentimientos olvidados. Sentí calor, alivio, ganas de vivir. Cogí el teléfono y llame a mi hija.
-Valeria... Lo más importante de la vida eres tu, mi nieta, mi familia... Ahora lo he comprendido, lo siento...

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